martes, 14 de julio de 2015

¿Un turismo insostenible?


El Gobierno gallego limita las visitas al arenal lucense de As Catedrais y crea una aplicación para dar los permisos

 

Foto  elpais.com

Hace unos 35 años se puso de moda como destino increíble, con sus acantilados en forma de arbotantes góticos sobre la arena, la playa de Augas Santas. Aquí todos la llamaban así hasta que un famoso político la rebautizó con un nombre más descriptivo y comercial, “Las Catedrales”, que con el tiempo se normalizó por la vía del turismo, invadió las señales y se fijó como topónimo en gallego, As Catedrais.

Ahora es tal el éxito de la playa y tanto el riesgo para el paisaje (declarado Monumento Natural y Reserva de la Biosfera, y protegido por la Red Natura), que desde hoy la Xunta de Galicia limita el acceso y solo se puede visitar con una autorización oficial.

El turista debe entrar en la aplicación "ascatedrais.xunta.es" y reservar plaza, y puede apuntarse con una antelación máxima de medio mes, aunque a esas alturas no sepa si entonces hará sol o si la sempiterna niebla de la autovía con salida directa a la playa —la A-8— obligará a cortar el tráfico por varios días como pasa tantas veces. Si el viajero llega desprevenido al lugar, sin noticias de la nueva norma, y tiene la suerte de que quedan vacantes, según insiste la Xunta, aún estará a tiempo de descargarse el permiso a través del smartphone. En la entrada, añade, habrá personal con chaleco naranja que echará una mano a los que estén pez en las nuevas tecnologías. Según Virginia Yuste, coordinadora de Adeac (Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor), la entidad que gestiona las banderas azules, “en las 3.000 playas de España no existe un caso igual”. 

 

Foto foros.acb.com
Cada día, desde ahora y hasta el 30 de septiembre, en As Catedrais podrán entrar 4.812 almas. Ni una más. Esta nada redonda cifra, según el Gobierno gallego, es el resultado de un concienzudo estudio sobre la seguridad del entorno y de las personas. “El verano pasado se llegaron a contar 16.000 visitantes en una sola jornada”, recuerdan en la caseta municipal de turismo. No es extraño por tanto que , en verano, se instalen una hilera de puestos ambulantes de artesanía, en el acceso a la playa.

El número resulta aún más alto si se tiene en cuenta que la “jornada” en esta playa,  se reduce a cuatro horas por causa de las mareas. En la pleamar, el agua inunda la arena y las rocas por lo que solo se puede pasear bajo los arbotantes, las ojivas, las cuevas y los pasadizos que forma el acantilado cuando se retira, dos horas antes y dos después de las bajamares. Con la playa inundada, el agobio de gente es aún mayor

Fuente
Silvia R. Pontevedra.  Ribadeo   A B C  1 Julio 2015

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