Se trata de la primera ocasión en la que se aprueba en aplicación de la Ley de Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial
El Consejo de Ministros, a propuesta de Íñigo Méndez de
Vigo, ministro de Educación, Cultura y Deporte, ha aprobado la declaración
de ‘La Semana Santa’, ‘El Carnaval’ y ‘La Trashumancia’ como Manifestación
Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial.
Se trata de la primera
ocasión en la que se aprueba una declaración de estas características en
aplicación de la Ley de Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial 10/2015
de 25 de mayo. Esta decisión supone el cumplimiento del Plan Cultura 2020,
presentado recientemente por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, y
contemplado en el proyecto ‘Impulsar a la declaración de distintas
manifestaciones culturales cono Patrimonio Cultural Inmaterial’.
La Semana
Santa
La Semana Santa, conmemoración de la Pasión, muerte y resurrección de
Jesucristo, comprende en España toda una serie de celebraciones, entre las que
destacan las procesiones, con una gran diversidad de manifestaciones por todo
el territorio español.
No existe un único modelo de celebración de la Semana
Santa española, sino que esta manifestación encuentra en el país múltiples
variables. Es, por tanto, un fenómeno plural que, aun compartiendo rasgos
esenciales a lo largo de la geografía española, no permite establecer modelos
de fiesta.
La Semana Santa en España comprende una gran diversidad de valores
culturales, desde su función como forma de expresión de la religiosidad popular
a su papel como marcador identitario, pasando por su importancia como vehículo
de conocimientos tradicionales y su relación con oficios artesanos, así como
con las múltiples obras muebles e inmuebles de valor artístico.
Desde la época
medieval, las celebraciones de Semana Santa han funcionado como formas de
expresión de la religiosidad popular y como referentes identitarios, no sólo
para el mundo católico, sino también para gran parte del conjunto de la
población y para las comunidades implicadas, que han convertido a la Semana
Santa en un fenómeno plural en el que participan todos los géneros y capas
sociales, en muchos casos al margen de la práctica religiosa.
La Semana Santa
en España, como fenómeno plural, tiene una gran proyección internacional, en
especial para Latinoamérica, no sólo como referente religioso, sino también
como referencia social e identitaria.
El Carnaval
El Carnaval es una de las
manifestaciones culturales inmateriales más emblemáticas, vividas y recreadas
de España. El origen de esta fiesta se remonta a épocas ancestrales, habiendo
experimentado numerosas hibridaciones culturales hasta la actualidad, y
presentando elementos que caracterizan también a otras fiestas, principalmente
del periodo invernal.
Aunque fue prohibido en varias ocasiones a lo largo de la
historia, sus agentes protagonistas han logrado mantener la continuidad de esta
manifestación cultural a lo largo del tiempo en muchas localidades. El Carnaval
se manifiesta tanto en los valores relacionados con la diversión, la catarsis,
el ocio e incluso la religión, como en su capacidad de expresión identitaria
para muchos colectivos.
Existe una enorme amplitud de formas de vivir el
Carnaval, desde las expresiones rurales más primitivas a las grandes
manifestaciones urbanas que se entremezclan en esta fiesta mediante símbolos de
origen pagano, basados en supuestas referencias históricas y elementos
religiosos. Se trata, por tanto, de un conjunto de bienes dispersos
territorialmente donde no existe un único modelo de celebración, sino que es un
fenómeno plural y diverso, pero que responde a una vivencia común que le da
unidad y representatividad en España.
La Trashumancia
La Trashumancia en España
constituye en la actualidad un patrimonio vivo. Además de haber contribuido a
conformar la identidad cultural de muchos territorios de España, la actividad
trashumante ha originado un rico patrimonio cultural y etnográfico, reflejado
en fiestas y tradiciones, en la toponimia, en la gastronomía y en toda la
arquitectura relacionada con esta actividad. También las manifestaciones de la
tradición oral, la artesanía y las técnicas de pastoreo tradicional, así como
la ordenación de los pastos en el marco del derecho consuetudinario son
elementos de la cultura trashumante que esta actividad ayudó a transmitir a su
paso por los diferentes y distantes territorios peninsulares.
De esta manera,
la Trashumancia ha sido tradicionalmente un mecanismo de intercambios
culturales entre los diferentes territorios de la Península. A través de la
amplia red de vías pecuarias, se produjo la transmisión de noticias y
conocimientos, resultando que a lo largo de los diferentes territorios se
genera una cierta homogeneidad cultural derivada de las interrelaciones
sociales y culturales que este pastoreo producía.
La actividad ganadera
trashumante ha aunado históricamente el aprovechamiento de los recursos
naturales y el ganado mediante la denominada ‘cultura pastoril trashumante’,
produciendo interrelaciones familiares, sociales, económicas, patrimoniales y
biológicas y modelando y contribuyendo a la cohesión y vertebración del paisaje
peninsular.
Manifestación Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial
La
Secretaría de Estado de Cultura inició de oficio los procedimientos de
declaración de Manifestación Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial
por medio de Real Decreto. Tras cumplir con todo los trámites, el viernes 7 de
abril de 2017, se procedió a la Declaración de estas tres manifestaciones que
para su específica comprensión requieren de una consideración unitaria, con
independencia de la propia que pueda recibir en una o varias Comunidades
Autónomas y atendiendo también a la trascendencia internacional de todas ellas.
Con estas declaraciones, se manifiesta el compromiso por parte del Ministerio
de Educación, Cultura y Deporte de salvaguardar, proteger y difundir el
patrimonio cultural inmaterial, cumpliendo así con los principios de la
Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial aprobada por
la UNESCO en 2003 y ratificada por España en 2005.
El Consejo de Ministros, a propuesta de Íñigo Méndez de
Vigo, ministro de Educación, Cultura y Deporte, ha aprobado la declaración
de ‘La Semana Santa’, ‘El Carnaval’ y ‘La Trashumancia’ como Manifestación
Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial.
Se trata de la primera
ocasión en la que se aprueba una declaración de estas características en
aplicación de la Ley de Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial 10/2015
de 25 de mayo. Esta decisión supone el cumplimiento del Plan Cultura 2020,
presentado recientemente por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, y
contemplado en el proyecto ‘Impulsar a la declaración de distintas
manifestaciones culturales cono Patrimonio Cultural Inmaterial’.
La Semana Santa
La Semana Santa, conmemoración de la Pasión, muerte y resurrección de
Jesucristo, comprende en España toda una serie de celebraciones, entre las que
destacan las procesiones, con una gran diversidad de manifestaciones por todo
el territorio español.
No existe un único modelo de celebración de la Semana
Santa española, sino que esta manifestación encuentra en el país múltiples
variables. Es, por tanto, un fenómeno plural que, aun compartiendo rasgos
esenciales a lo largo de la geografía española, no permite establecer modelos
de fiesta.
La Semana Santa en España comprende una gran diversidad de valores
culturales, desde su función como forma de expresión de la religiosidad popular
a su papel como marcador identitario, pasando por su importancia como vehículo
de conocimientos tradicionales y su relación con oficios artesanos, así como
con las múltiples obras muebles e inmuebles de valor artístico.
Desde la época
medieval, las celebraciones de Semana Santa han funcionado como formas de
expresión de la religiosidad popular y como referentes identitarios, no sólo
para el mundo católico, sino también para gran parte del conjunto de la
población y para las comunidades implicadas, que han convertido a la Semana
Santa en un fenómeno plural en el que participan todos los géneros y capas
sociales, en muchos casos al margen de la práctica religiosa.
La Semana Santa
en España, como fenómeno plural, tiene una gran proyección internacional, en
especial para Latinoamérica, no sólo como referente religioso, sino también
como referencia social e identitaria.
El Carnaval
El Carnaval es una de las
manifestaciones culturales inmateriales más emblemáticas, vividas y recreadas
de España. El origen de esta fiesta se remonta a épocas ancestrales, habiendo
experimentado numerosas hibridaciones culturales hasta la actualidad, y
presentando elementos que caracterizan también a otras fiestas, principalmente
del periodo invernal.
Aunque fue prohibido en varias ocasiones a lo largo de la
historia, sus agentes protagonistas han logrado mantener la continuidad de esta
manifestación cultural a lo largo del tiempo en muchas localidades. El Carnaval
se manifiesta tanto en los valores relacionados con la diversión, la catarsis,
el ocio e incluso la religión, como en su capacidad de expresión identitaria
para muchos colectivos.
Existe una enorme amplitud de formas de vivir el
Carnaval, desde las expresiones rurales más primitivas a las grandes
manifestaciones urbanas que se entremezclan en esta fiesta mediante símbolos de
origen pagano, basados en supuestas referencias históricas y elementos
religiosos. Se trata, por tanto, de un conjunto de bienes dispersos
territorialmente donde no existe un único modelo de celebración, sino que es un
fenómeno plural y diverso, pero que responde a una vivencia común que le da
unidad y representatividad en España.
La Trashumancia
La Trashumancia en España
constituye en la actualidad un patrimonio vivo. Además de haber contribuido a
conformar la identidad cultural de muchos territorios de España, la actividad
trashumante ha originado un rico patrimonio cultural y etnográfico, reflejado
en fiestas y tradiciones, en la toponimia, en la gastronomía y en toda la
arquitectura relacionada con esta actividad. También las manifestaciones de la
tradición oral, la artesanía y las técnicas de pastoreo tradicional, así como
la ordenación de los pastos en el marco del derecho consuetudinario son
elementos de la cultura trashumante que esta actividad ayudó a transmitir a su
paso por los diferentes y distantes territorios peninsulares.
De esta manera,
la Trashumancia ha sido tradicionalmente un mecanismo de intercambios
culturales entre los diferentes territorios de la Península. A través de la
amplia red de vías pecuarias, se produjo la transmisión de noticias y
conocimientos, resultando que a lo largo de los diferentes territorios se
genera una cierta homogeneidad cultural derivada de las interrelaciones
sociales y culturales que este pastoreo producía.
La actividad ganadera
trashumante ha aunado históricamente el aprovechamiento de los recursos
naturales y el ganado mediante la denominada ‘cultura pastoril trashumante’,
produciendo interrelaciones familiares, sociales, económicas, patrimoniales y
biológicas y modelando y contribuyendo a la cohesión y vertebración del paisaje
peninsular.
Manifestación Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial
La
Secretaría de Estado de Cultura inició de oficio los procedimientos de
declaración de Manifestación Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial
por medio de Real Decreto. Tras cumplir con todo los trámites, el viernes 7 de
abril de 2017, se procedió a la Declaración de estas tres manifestaciones que
para su específica comprensión requieren de una consideración unitaria, con
independencia de la propia que pueda recibir en una o varias Comunidades
Autónomas y atendiendo también a la trascendencia internacional de todas ellas.
Con estas declaraciones, se manifiesta el compromiso por parte del Ministerio
de Educación, Cultura y Deporte de salvaguardar, proteger y difundir el
patrimonio cultural inmaterial, cumpliendo así con los principios de la
Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial aprobada por
la UNESCO en 2003 y ratificada por España en 2005.
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